Todos, de una u otra forma, hemos creído que el sufrimiento tiene poderes especiales, incluso para algunos la idea de sufrir está asociada con la posibilidad de crecer, madurar, y hacerse fuertes.
Hemos llegado a pensar que entre más sufrimos, mejor persona somos porque ya hemos “pagado” la cuota de sudor y lagrimas que CREEMOS exige el éxito: hemos limpiado nuestros logros con dolor y ahora si podemos “merecer”.
El sufrimiento es muy importante, pero no para todo eso que hemos creído erroneamente
El sufrimiento es útil para que aprendamos a parar, a decir no más, a saturarnos y a comprender que ese camino que hemos elegido no es el correcto para nuestro propósito de amar, servir y ser felices. El sufrimiento nos muestra el error en nuestros pasos y nos invita a tomar nuevos rumbos, nos invita a cambiar.
Es hora de parar de sufrir, porque se volvió vicio
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